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BLOOD: EL ÚLTIMO VAMPIRO

Blood: The Last Vampire

2009 CN HMDB
abril 2, 2009

Una nueva raza de vampiros ha surgido de la oscuridad. Están entre nosotros, acechando sedientos de sangre en busca de nuevas víctimas. Una guerra silenciosa entre vampiros y humanos ha estallado. Una organización secreta ha sido designada para limpiar el mundo de esta amenaza. Entre sus mejores agentes se encuentra una misteriosa muchacha llamada Saya, cuyo carácter frío y calculador la convierten en la mejor cazadora de vampiros. Por todo ello ha sido escogida para llevar a cabo una peligrosa misión: infiltrarse en una base militar estadounidense situada en Japón e investigar si la serie de misteriosas muertes ocurridas recientemente tienen relación con los vampiros. Remake con actores de la película anime del mismo nombre dirigida por Hiroyuki Kitakubo en el año 2000

Reparto

Jun Ji-hyun, Allison Miller, Liam Cunningham, JJ Feild, Koyuki, Yasuaki Kurata, Michael Byrne, Colin Salmon, Andrew Pleavin, Larry Lamb
Avventura Horror Azione Thriller Fantascienza

RESEÑAS (1)

RG

Roberto Giacomelli

Saya, una adolescente mestiza humana-demonio, tiene la misión de matar a Onigen, un demonio de fuerza increíble culpable de la muerte de su padre. Saya, por sus poderes particulares, forma parte de una agencia secreta que tiene la tarea de rastrear y matar demonios ocultos bajo la apariencia de seres humanos y para ello ha sido enviada a un instituto japonés cerca de una base militar estadounidense, ya que es en esa zona donde se ha detectado una intensa actividad demoníaca. Con una producción franco-china, Chris Nahon, autor de la acción "Kiss of the Dragon" y del thriller "El imperio de los lobos", lleva a la gran pantalla la versión live-action de "Blood: The Last Vampire", el anime de Hiroyuki Kitakubo que en 2000 tuvo un éxito discreto. El estilo oriental está presente, el sentido del ritmo querido por el director francés tampoco falta, ni el departamento coreográfico confiado al experto Cory Yuen, pero desafortunadamente es la película la que está ausente. Comencemos diciendo que el título es engañoso porque no hay ningún "Último vampiro", en la película se habla de demonios, pero de vampiros en el sentido mitológico ni la sombra, aunque la protagonista deba alimentarse de sangre para sobrevivir. Una protagonista que es la antítesis de la originalidad, ya que su estado recuerda demasiado al Blade de la serie homónima (de películas y cómics); pero no es solo Saya — interpretada por Gianna Jun — la que resulta poco memorable, ya que todo el elenco de personajes está formado por figuras efímeras. Comenzamos con Alice McKee, interpretada por Allison Miller ("17 Again"), un personaje estadounidense totalmente ausente en el prototipo japonés y que aquí ha sido evidentemente insertado para dar un punto de identificación al público occidental; el problema es que su personaje es demasiado intrusivo, visiblemente insertado sin un propósito narrativo real y lo grave es que Alice es presentada como coprotagonista de la historia. Ni siquiera el demonio Onigen, a quien da las facciones la bella Koyuki ("El último samurái"), aparece como un personaje lo suficientemente fuerte e interesante, tanto que el momento de su enfrentamiento con Saya parece casi carente de pathos debido a la poca carga atribuida al personaje. "The Last Vampire", luego, presenta el grave defecto de resultar un gran lío narrativo. Hay la sensación de que hay mucho material no expresado, muchas informaciones ocultas o arrojadas al público de manera apresurada y poco clara. No se trata ni del clásico film para nerds de la cultura oriental ni de una integración sentida al anime de origen, sino simplemente de un tema mal desarrollado, un guion escrito con aproximación que no tiene en cuenta las necesidades informativas que una historia debe proporcionar. Una sucesión de (largas) escenas de acción carentes de un pegamento capaz de unirlas. Y si podemos gastar palabras elogiosas para la acción que Nahon lleva a la pantalla, con combates adrenalinicos y bien estructurados, palabras de indignación deben gastarse en cambio para la invasividad de los efectos especiales. Horribles y primitivos "cosi" en gráficos por computadora que deberían ser los demonios al servicio de Onigen, murciélagos realmente poco convincentes por la tosca representación visual, así como nada creíble es la sangre, siempre rigurosamente en CGI, que con sus goterones recuerda los salpicones de hemoglobina que poblaban los videojuegos de la serie "Mortal Kombat". Pero luego la cosa que molesta es la rapidez de intenciones de algunas escenas, como la de la persecución con el camión (muy similar a la ya vista en "Underworld Evolution"), que deben imponerse al presupuesto exiguo y la absoluta falta de credibilidad de la puesta en escena. El resultado general hace parecer "The Last Vampire" exactamente lo que es: una pequeña película que tiene aspiraciones de blockbuster. Y cuando el pobre intenta imitar al señorito adinerado, los resultados son casi siempre al límite del ridículo. Nahon desperdiciado, película equivocada.