MC
Marco Castellini
•Francesco Dellamorte es el enterrador del pequeño cementerio de Buffalora y, junto con su ayudante sordomudo Gnaghi, pasa las noches matando a los muertos, los "retornantes" que, después de unos pocos días de permanencia en el cementerio, no se sabe cómo, resucitan. Cuando la amante de Francesco muera, el joven no se sentirá capaz de eliminarla y a partir de ese momento comenzarán los problemas... Probablemente la película más personal de Soavi, que, libre de la influencia de Argento, dirige una obra gótica en la que tienen un papel central los aspectos simbólicos y metafísicos (la Muerte, el túnel, lo desconocido...). Lo que podría haberse resuelto en otra historia de zombis se convierte, gracias a la sensibilidad artística de Soavi, en una historia surrealista, una especie de "horror romántico" pero, al mismo tiempo, también un claro acto de acusación contra una sociedad que nos empuja a vivir como zombis, en una cotidianeidad en la que cada vez cuesta más, como le ocurre al protagonista de la película, distinguir a los vivos de los muertos. La película presenta, sin embargo, un par de limitaciones evidentes: en primer lugar, algunos efectos especiales no del todo logrados (la personificación de la Muerte, la mosca de plástico que planea sobre el cuerpo escultórico de Falchi...) y luego la elección del reparto que, a excepción de los dos excelentes protagonistas Everett y Hadji Lazaro, deja bastante que desear. La película es la adaptación cinematográfica de un relato homónimo de Tiziano Sclavi y no está basada, como a menudo se afirma erróneamente, en el cómic Dylan Dog del mismo autor. En definitiva, una película para promocionar, si no por otra cosa, porque es una de las pocas películas de terror dirigidas y producidas en Italia en los últimos años.