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Massimiliano Marongiu
•1486: en el país siciliano de Santa Rosalia, algunas monjas, adoradoras del diablo y dedicadas a prácticas blasfemas, fueron torturadas y crucificadas por los habitantes del lugar. Después de 500 años, una expedición arqueológica dirigida por el profesor Paul Evans (Brett Halsey) y su asistente Liza (Meg Register) llega a Santa Rosalia para realizar excavaciones. Después de su llegada, varios asesinatos misteriosos perturban la paz de la zona y el inspector Carter de Interpol (nada menos que Lucio Fulci) es encargado de llevar a cabo las investigaciones. ¿Tal vez las monjas demoníacas han logrado regresar del más allá para vengarse y propagar el terror nuevamente? Una vergonzosa fealdad que lleva la firma de Lucio Fulci (un director que nos había acostumbrado a obras de mucho mayor calidad), "Demonia" tenía todas las características para ser un buen producto: un guión intrigante, actores dignos como Brett Halsey y Meg Register, un presupuesto adecuado y una ambientación original y llena de potencial. Desafortunadamente, la realización de la película se vio afectada por una serie de factores que comprometieron irreparablemente el resultado final. Sin mencionar que Fulci, molesto por las continuas dificultades de producción, abandonó la película sin editarla, dejando que el montaje definitivo fuera hecho (mal) por otros. Entre los varios problemas que perjudicaron la película, se pueden citar los desacuerdos con el productor (quien, según el director, no desembolsó todo el dinero prometido), algunos mafiosos locales que obligaron a la producción a contratar ciertas manos de obra impuestas por ellos y, como cereza en el pastel, las malas relaciones con los habitantes de los lugares donde se realizaron las filmaciones. De hecho, la población local, con el párroco y el obispo a la cabeza, tan pronto como supo qué tipo de película se estaba filmando, comenzó a boicotear los trabajos (y en efecto no sorprende que el mundo eclesiástico haya encontrado una pizca de blasfemia en un horror truculento que habla de monjas torturadas y crucificadas porque son devotas del maligno y con el hobby de las orgías...). En "Demonia" encontramos muchas de las temáticas queridas por Fulci, todo ello cosido de manera bastante mala y sin convicción. Hay una buena dosis de momentos gore, como la secuencia del hombre partido en dos o la escena en la que una mujer se da cuenta de repente de que su hijo está cubierto de sangre, pero su realización es pedestre. Esta película es conocida más que nada por algunas perlas de valor basura indiscutible, como el espectro de una monja que mata a la gente con un fusil submarino, un carnicero que es atacado en su tienda por algunos cuartos de res demoníacos o la secuencia en la que una mujer es destrozada por sus gatos, en un derroche de cabezas falsas y de pobres gaticos lanzados bruscamente al aire. Sin mencionar que todos los actores están doblados, por lo que nos encontramos frente a un característico pueblito siciliano donde los habitantes parecen recién salidos de un curso de dicción teatral. Este plato rico se ofrece al espectador enriquecido por un montaje hecho con los ojos cerrados y una fotografía extraordinaria, que debido a la sobreexposición de la película nos regala desenfocados inolvidables, efectos de desenfoque y nieblas rigurosamente involuntarios. En esta película, Lucio Fulci actúa en lo que se considera su cameo más largo (a excepción de "Un gatto nel cervello" del cual es protagonista), en el papel de un inspector de Interpol: demostración de que probablemente, al menos al principio, este proyecto le importaba (aunque la pregunta surge espontáneamente: ¿qué tiene que ver la Policía Internacional con un par de asesinatos ocurridos en un perdido pueblo de Sicilia?). Habrán entendido que se está hablando de una película profundamente equivocada, cuya modesta factura es desgraciadamente subrayada por la manía auto-citacionista del director. De hecho, Fulci mete en medio de lo que es quizás su obra más mala, referencias nada menos que a "L'Aldilà": su película más exitosa y más amada por los fans. La protagonista de ambas películas se llama de hecho Liza, los títulos de crédito de "Demonia" y "L'Aldilà" están envueltos en llamas y la escena de la tortura y crucifixión de las monjas remite directamente a la del pintor Zweick. Así que quien capta las citas puede involuntariamente ponerse a hacer comparaciones entre las dos obras, y de este contraste "Demonia" no puede salir más que con los huesos rotos, resultando aún más fea de lo que ya es. Si quieren acercarse al cine de Fulci, no empiecen por esta película.