MP
Marco Pitzalis
•Ellen está viajando de noche, absorta en sus pensamientos, cuando choca con un coche. Pero los problemas apenas han comenzado: un monstruo monstruoso surge del bosque y resulta ser un asesino en serie abominable. Ellen tendrá que luchar por su supervivencia. Viaje en coche. Carreteras infinitas, decenas y decenas de kilómetros en medio de la nada. Accidente clásico. Llega el monstruo. Nuestra protagonista huye al bosque y demuestra estar años luz por delante de las decenas, cientos y miles de mujeres víctimas de maniáticos vistas en las películas de terror. Con lo poco que tiene a su disposición, logra herir varias veces al monstruo. Esto sí que se puede llamar lucha por la supervivencia... las técnicas enseñadas por su marido dan sus frutos. Nuestra Ellen está casada, y durante el viaje (y a lo largo de todo el episodio), asistimos a flashbacks de su vida sentimental. El marido es un monstruo, en apariencia un hombre normal, quizás un poco demasiado estresado por la frenesí de la vida moderna y un poco demasiado preocupado por los lados negativos de la sociedad, manías que se agravarán con los años, minando seriamente su matrimonio. Él, buen soldado, le enseña técnicas de supervivencia, pero exagera y pierde cada vez más el contacto con la realidad... Pasada la primera parte, no muy original y no del todo creíble, el episodio despega. Nuestra protagonista se desmaya y se encuentra prisionera en la casa del monstruo. Nuestro amigo deformado tiene la simpática costumbre de sacarle los ojos a las víctimas (buen momento splatter) porque los ojos, como dice un viejo también él prisionero en la cabaña, "ven todos los pecados". Luego crucifica los cadáveres y los cuelga alrededor de la casa. Nuestra protagonista logrará liberarse, enfrentará al monstruo y... Justamente el final, probablemente la parte fuerte del episodio, cubre y lava los pecadillos de los primeros veinte minutos. Los flashbacks con el marido, en apariencia un poco insensatos e inútiles, encontrarán así su explicación. Lo que este film nos enseña es que las personas pueden ser muy diferentes de como parecen, que en la vida nunca se deja de aprender y que un evento repentino y impactante puede cambiar para siempre la existencia y la personalidad de una persona. Si se hiciera una comparación, se podría decir que la "metamorfosis" de nuestra Ellen recuerda un poco a la de la protagonista de "The Descent". Unas palabras también sobre los actores. El monstruo, interpretado por John DeSantis, es bastante inquietante, una figura imponente. También está bien el marido (Ethan Embry), en el papel del monstruo poseído. Pero la escena la domina la espléndida protagonista, una Bree Turner bella y buena (¿qué más se puede pedir?). Una prueba notable. Y dejadme tributar los homenajes debidos al gran viejo Angus Scrimm, en el papel del anciano loco que Ellen encuentra en la cabaña. En conclusión lo definiría como un mediometraje validísimo: si los primeros minutos no os convencen, cerrad un ojo y dadle de todas formas una oportunidad... La idea base de la película es fruto del trabajo del célebre escritor Joe Lansdale, muy venerado por los aficionados del horror "en papel".