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Andrea Costantini
•Walter Craig es un arquitecto que se encarga de modernizar una villa en medio del campo inglés. Una vez llegado al destino, se da cuenta de haber visto ya esa villa en sueños. La misma sensación le invade al ver a las personas que en ese momento están en la casa. Cada movimiento, cada palabra ya la ha visto el señor Craig. Asustado, cuenta su sueño a los dueños de la villa, quienes a su vez entretendrán al arquitecto con sucesos sobrenaturales que los han involucrado. Hasta que el sueño de Craig se transforma en una pesadilla.
Es un tipo de película, típico del cine de terror, que a lo largo de los años ha producido varias películas dignas de mención. El género en cuestión es la película de episodios. Ejemplos como "Creepshow", "Los crímenes del gato negro" o "ABC's of Death" se han convertido en clásicos para los amantes del cine de terror.
La costumbre de los guionistas de películas de episodios suele ser la de tomar varias ideas, mantener un hilo conductor (no obligatorio y no siempre presente), como por ejemplo obras de un mismo autor, o un elemento de la historia que une los relatos, y componer una especie de mosaico hecho de una serie de cortos o mediometrajes.
En el lejano 1945 aparecía uno de los primeros ejemplos de película de episodios. Es difícil decir si se trata realmente del pionero de este género, pero seguramente se trata de uno de los primeros. La película en cuestión es "Night Boat to Dover", también conocida con el título "Dead of Night".
Se trata de una operación muy particular y sobre todo muy bien lograda. Vista hoy en día es imposible no pensar en la serie de televisión de culto "Al límite de la realidad" (que por cierto hizo su aparición en las pantallas televisivas casi quince años después).
Historias breves, cada una con diferentes protagonistas pero que tienen en común el misterio, lo inexplicable, ese sobrenatural hecho de muchas preguntas y pocas respuestas.
"Night Boat to Dover" no solo logra contar cinco historias, diferentes una de la otra en estilo, duración y contenido de manera impecable y esencial, sino que logra alcanzar plenamente el objetivo uniendo las historias una a la otra de manera coherente, creíble y misteriosa. Todo gira en torno al señor Craig y su sueño en el que están presentes todos los personajes que encuentra en la casa de campo. Cada uno de estos personajes tiene un papel muy preciso en el sueño de Craig (y por lo tanto en la realidad) y este papel se revela poco a poco a medida que avanza la historia. Los episodios en cuestión no son más que los relatos de los invitados de la casa de campo, contados al señor Craig para tranquilizarlo, para hacerle entender que no es el único que ha tenido que lidiar con momentos en los límites de la realidad.
Un piloto, después de un accidente, es perseguido por una premonición que se revelará muy importante para salvar su vida; una chica, mientras juega al escondite con algunos niños, encuentra uno llorando escondido en el ático; un espejo como regalo de cumpleaños se transforma en una ventana a otra dimensión; la historia de dos amigos apasionados del golf que termina en tragedia por rivalidad amorosa y la locura de un ventrílocuo gobernado por su marioneta.
Historias diferentes, unidas por un final escalofriante, el momento anunciado en el que el sueño del arquitecto Craig se transforma en pesadilla, donde los personajes de todas las historias convergen en el mismo lugar en una secuencia delirante.
Analizando episodio por episodio se tienen resultados alternantes. Si los dos primeros relatos ("El conductor del carro fúnebre" y "La recepción navideña") no destacan por originalidad, a partir del tercer episodio se tienen momentos de gran cine. En "El espejo encantado" estamos ante una historia cargada de misterio en la que se pasa de la murder story a las realidades paralelas, todo a causa de un objeto que incluso en el futuro será considerado a menudo instrumento de ambigüedad y puerta para otros mundos. El cuarto episodio ("Una historia de golf") es una mezcla entre Hitchcock y Agatha Christie, una especie de dark comedy con una historia dramática rica en momentos divertidos. Sin duda, el último episodio, "El muñeco del ventrílocuo", es el mejor. La muñeca como instrumento de terror nació aquí y aún hoy Hugo, la marioneta, es uno de los ejemplos más espeluznantes de muñeco demoníaco.
El final juega perfectamente con la ciclicidad burlándose del espectador y de los protagonistas.
Lamentablemente olvidado, es un claro ejemplo de cómo antes se producían obras maestras.