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Roberto Giacomelli
•Año 2010. El asesino en serie Jason Voorhees ha sido finalmente capturado y llevado al centro de investigación de Crystal Lake: el objetivo de los científicos es ponerlo en estasis criogénico y estudiar su tejido, con capacidades increíbles de autorregeneración, para las investigaciones sobre células madre. Pero no todo sale como se espera. Jason logra liberarse, hace una matanza de científicos y militares, pero es hibernado por una de las responsables del centro de investigación, quien a su vez, queda hibernada y herida.
Año 2455. Un grupo de estudiantes provenientes de Tierra 2, de excursión en el viejo planeta, se encuentran con los cuerpos congelados de Jason y el doctor; los llevan a bordo de la nave espacial para estudiarlos y los reaniman, sin saber que acaban de darle a nuevo al asesino en serie más peligroso del pasado la oportunidad de continuar su pasatiempo favorito.
El refrán dice "Quien no muere se vuelve a ver!", y si hay un personaje de la cultura popular que realmente no tiene intención de morir, ese es Jason Voorhees. A ocho años del malo y aparentemente concluyente ("The final Friday") "Jason va al infierno", el gigante con máscara de hockey que todos los fans del horror conocen vuelve en forma deslumbrante. En el décimo capítulo, solo se podía esperar otra película inútil y cansada, pero "Jason X", gracias a un guión fresco y autoirónico, logra insertarse entre los mejores títulos de la saga. Seamos claros: ante el anuncio de que Sean S. Cunningham tenía la intención de producir una nueva película de la saga "Viernes 13" ambientada en el espacio y solo leyendo el absurdo argumento, se esperaba lo peor. Pero la película en cuestión tiene el gran mérito de no tomarse en serio en absoluto, resultando en un divertimento sangriento que todos los fans apreciarán. Ver a Jason moverse con decisión, con su paso pesado e implacable, por los pasillos de una nave espacial, empuñando un machete futurista y sorprendiendo a sus víctimas por detrás como si fuera una de las viscosas criaturas de "Alien", es divertido.
Todos los clichés de la saga se respetan y se ponen en ridículo, terminando en una autocitación donde se recrea, mediante realidad virtual, la Cristal Lake de 1980: Jason se encontrará inmerso en el lugar donde creció, junto al lago, con dos campistas en topless que celebran el sexo y las drogas (los dos pecados por los cuales Jason siempre, quizás involuntariamente, ha castigado); naturalmente, el asesino no se dejará escapar la oportunidad y actuará por instinto en un revival artificial.
Naturalmente, toda la película viaja sobre los rieles de la farsa complaciente, así que entre citas de "Aliens - Scontro finale" (los marines que inexplicablemente escoltan a los estudiantes y que se encuentran en un sangriento enfrentamiento con el matador de Crystal Lake), burlas a "Star Trek" (la protagonista reclama que no es posible teletransportarse), androides expertos en artes marciales y David Cronenberg que, en un cameo, es asesinado por Jason (el propio director ha expresado el deseo de querer ser una víctima del asesino), se llega al clímax final donde Jason aparece como un ciborg invulnerable y muy enojado.
En conclusión, "Jason X" es una película estúpida, pero consciente de serlo y, en su sincera puéril, divierte mucho, también gracias a una ubicación original y a una serie de hallazgos de guión realmente deliciosos.
¿Quién sabe si los productores lograrán resucitar a Jason por undécima vez?