RG
Roberto Giacomelli
•Sun-jae, después de sorprender a su marido en la cama con otra mujer, huye de casa con su hija y se muda a un apartamento destartalado. Una noche, la mujer encuentra en el metro un par de zapatos rojos y los toma. A partir de ese momento, la vida de Sun-jae y de su hija Tae-soo será alterada por una serie de eventos inexplicables que tienen como protagonistas los zapatos rojos, sobre los cuales pesa una maldición.
Cintas asesinas, teléfonos anunciadores de muerte, sitios web embrujados... Parecía que la imaginación oriental se centraba únicamente en las influencias funestas que los objetos tecnológicos pueden tener sobre el destino de los hombres; pero al parecer no solo los artefactos de alta tecnología tienen el poder de servir de paso entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, un simple par de zapatos puede convertirse en objeto del mal.
Tomando como inspiración el cuento de Andersen "Los zapatos rojos", el coreano Kim Yong-gyun no hace más que recorrer de manera bastante esquemática el ya gastado argumento de la historia de fantasmas de estilo asiático; la estructura es similar a cualquier "The Ring", "The Call" o "The Eye": una mujer como protagonista, un evento altera su vida, un objeto maldito la pone en contacto con el fantasma de una chica de largos cabellos negros, comienza la cuenta regresiva para liberar el espíritu de la chica antes de que los seres queridos de la protagonista tengan un mal final. Solo la escasa originalidad de esta película y sus intenciones tan evidentemente comerciales, buscando exprimir hasta la médula un tema afortunado, podrían bastar para desaconsejar "The Red Shoes", si luego añadimos también una serie de factores que agravan su posición, es muy difícil encontrar un miserable salvavidas para esta historia de fantasmas. Desde el punto de vista técnico y artístico, la película en cuestión está muy bien cuidada: la dirección de Kim Yong-gyun es muy atenta a los detalles; los intérpretes parecen bastante a gusto y la fotografía es realmente muy apreciable en su alternancia entre colores pastel y detalles de un color mucho más intenso. Sin embargo, no es una singular atención formal la que logra dar vida a una buena película de terror, al contrario, es en el terror, la inquietud y la tensión que la película no logra cumplir en absoluto su trabajo. "The Red Shoes" es una película pretenciosa, demasiado concentrada en una presentación estética artística que se olvida desde el principio de ser principalmente un terror: ninguna escena mínimamente inquietante, ninguna aparición espantosa, ninguna escena de tensión; solo algunos salpicones de sangre por encima de la media, que de cierto no bastan para sacar al espectador de una general somnolencia que lo alcanzará después de diez minutos de visión.
En resumen, "The Red Shoes" falla en lo que los poco originales terrores asiáticos saben hacer mejor: regalar al espectador algunas escenas efectivas de terror.
Desaconsejable incluso para los adictos al j-horror.