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Roberto Giacomelli
•Los recién casados Alex y Mascha, durante su viaje de bodas, atraviesan los bosques austriacos en carruaje, pero un accidente los obliga a buscar refugio para la noche en el castillo del doctor Nijinski. Aquí se respira de inmediato un aire de misterio inquietante, debido a la tragedia que golpeó a la familia del doctor; de hecho, un incendio destruyó un ala del castillo, desfigurando a Tania, la esposa del doctor, y matando al profesor Rassimov, padre de Tania y maestro de Nijinski. En el castillo, además de Alex y Mascha, también hay otros huéspedes, pero poco a poco los invitados comienzan a desaparecer misteriosamente. Perteneciente al filón tardogótico italiano, "La mano que nutre la muerte" es una película de terror poco conocida dirigida por el igualmente poco conocido Sergio Garrone. Más afín al género western ("Django el bastardo" y "Una larga fila de cruces", para citar los más famosos), Garrone escribe y dirige la película partiendo del supuesto de que para contar historias de sangre y horror no es necesaria la originalidad; así, la película se apropia de un lenguaje visual ya ampliamente utilizado en la tradición italiana de los años 60 y el cine inglés de la Hammer, llevando a la escena castillos sombríos, científicos locos y asistentes deformes, naturalmente condimentando todo con ese toque de sana explotación que caracterizaba muchas producciones de los años 70. La historia tampoco tiene pretensiones de originalidad, ya que la fuente de inspiración es claramente la pequeña obra maestra de Georges Franju "Ojos sin rostro", a su vez ya exagerada en clave pulp por Jesus Franco en "El diabólico Doctor Satana" (y posteriormente en "Faceless - Los Violadores de la noche"). En este caso, Garrone retoma la historia del científico loco que practica trasplantes de piel para dar belleza a su esposa desfigurada, apretando el pedal del splatter y el erotismo. Las frecuentes escenas quirúrgicas son largas y detalladas, lo suficientemente repulsivas gracias a efectos especiales bastante efectivos, aunque no "perfectos" (que fueron cuidados por un Carlo Rambaldi aún no internacional), mostrando rostros (y otras partes del cuerpo) desollados y cortes sangrantes. Como solía ocurrir con las películas de género de los años 70, el componente erótico está bastante acentuado y cualquier pretexto es bueno para mostrar a hermosas jóvenes como su madre las hizo, comprometidas en ardientes abrazos, que en esta película alcanzan su punto máximo en la escena sáfica entre Katia Christine y Stella Calderoni. Entre los diversos personajes que pueblan la escena, los más interesantes parecen ser sin duda los "malos", liderados por el loco doctor Nijinski, interpretado por un Klaus Kinski perfectamente encarnado en el papel, aquí enfrentado a un personaje atormentado que mata en nombre del amor sin ser correspondido. También bastante acertada es la figura de Tania, interpretada por Katia Christine ("La víctima designada"; "La banda del Trucido") en un doble papel, presencia inquietante sin rostro y vestida de negro que deambula por los pasillos del castillo, despertando la curiosidad de los huéspedes y el deseo sexual del sirviente deformado, interpretado de manera muy caricaturesca por Osiride Peverello. Entre los personajes positivos, se recuerda a Marzia Damon ("La sanguijuela conduce la danza"; "El sexo de la bruja"), sobre todo por su generosa propensión al desnudo, los otros actores se encuentran dando rostro a personajes poco impactantes que sirven principalmente de carne de cañón. Muy bella la banda sonora compuesta por Stefano Liberati y Elio Maestosi. "La mano que nutre la muerte" es una película imprescindible para los amantes del cine de género italiano, gracias a una fórmula probada y a una serie de hallazgos pulp que la convierten en el clásico "cult a redescubrir", desafortunadamente difícil de conseguir. Despreciable, sin embargo, para todos los demás. Curiosidad. El difunto padre de Tania se llama Ivan Rassimov y su tumba es protagonista de varias escenas de la película. Pero Ivan Rassimov también es el nombre de un actor muy activo en el cine italiano de la misma época... una extraña coincidencia.