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Roberto Giacomelli
•Joanna Mills viaja hasta Texas para cerrar un contrato de venta para la empresa para la que trabaja. Tan pronto como la chica pone de nuevo el pie en esos lugares donde pasó su infancia comienzan a ocurrir cosas extrañas: sus ojos cambian repentinamente de color, a veces le ocurre no reconocerse en el espejo y además tiene frecuentes visiones de una mujer nunca vista antes. Convencida de estar de alguna manera conectada con sus visiones, Joanna comienza a investigar y se adentra hasta La Salle, un pueblito de campo patria de la mujer que puebla su imaginación, hasta descubrir que esa misma mujer fue asesinada hace muchos años. Pero ahora el asesino parece estar interesado precisamente en Joanna.
El cine de terror estadounidense parece haber entendido finalmente la lección oriental apostando mucho por la atmósfera y los temas metafísicos-sobrenaturales. En estos últimos años, los remakes de películas de culto orientales se han sucedido a una velocidad preocupante, y intentos como "La pesadilla de Joanna Mills", en los que no se busca clonar vaciamente una película ya existente, merecerían ser elogiados por el simple hecho de ser obras originales. Pero ¿cómo elogiar una película como "La pesadilla de Joanna Mills"?
Partamos de una premisa. "La pesadilla de Joanna Mills" tiene dos puntos muy importantes a su favor: toma como inspiración un tema no demasiado original pero interesante y poco explotado por el cine de
terror (que no será revelado aquí para no arruinar la sorpresa a quienes no han visto la película); ha sido realizada con una pericia técnica muy apreciable. Desafortunadamente, todo se detiene aquí, y hasta el tema en torno al cual gira la película, en definitiva, ha sido explotado muy mal.
El ritmo que acompaña la película es decididamente demasiado lento, casi soporífero: toda la película es una larga investigación de la protagonista que intenta descubrir el porqué de sus visiones, pero no hay dinamismo en sus exploraciones y sus pesquisas; todo precede de manera plana, como si toda la historia hubiera sido diluida en función de la revelación final. El mismo giro inesperado es bastante predecible y hasta la explicación final deja más de alguna duda en la mente del espectador, probablemente debido a algún agujero real de guion que no permite que todo se reensamble con demasiada lógica interpretativa.
Pero el del guion es un problema que no se limita a la sola presencia de agujeros dispersos aquí y allá, sino que también se puede notar una superficialidad excesiva con la que han sido descritos los diversos personajes. La protagonista, interpretada por una morena y desorientada Sarah Michelle Gellar ("Buffy"; "So What Did You Do?"), es una chica seria y cumplidora, que se ve repentinamente catapultada a una situación que no comprende. Pero la manera en que enfrenta la dificultad no parece muy creíble porque, frente a eventos que derivan en lo sobrenatural, su personaje se encuentra reaccionando con una indiferencia innatural, incrementada luego por la interpretación realmente demasiado distanciada de la actriz. Mejor extender un velo piadoso sobre el coprotagonista Peter O'Brian ("Pesadillas y Delirios"), que interpreta a un hombre rudo pero de buen corazón que ha tomado a su compañera desde hace décadas y no solo está atormentado por el recuerdo de la amada, sino que en esa época también fue acusado de
su muerte; un tipo al estilo "La casa de la pradera" que es encarnado (muy mal) por un actor demasiado inexpresivo. Igualmente olvidable es el "gran malo" de la historia, un redneck carente de cualquier motivación/delineación psicológica, interpretado por J.C. McKenzie ("C.S.I.", "24").
El director inglés Asif Kapadia ("The Warrior") cumple diligentemente con el trabajo por encargo, ayudado sin duda por la sugerente y muy adecuada fotografía de Roman Osin, que logra hacer que las soleadas campiñas texanas sean gélidas e inquietantes, gracias al uso de colores fríos y cenicientos.
En resumen, una peliculita con el ritmo de un telefilme que se olvida tranquilamente justo después de la visión. Recomendado si se sufre de insomnio.