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VISCOSIDAD

The Incredible Melting Man

1977 US HMDB
noviembre 10, 1977

"No habréis visto nada hasta que no veáis el Sol a través de los anillos de Saturno" exclama el astronauta Steve West. Pero precisamente lo que acaba de maravillar son unas extrañas radiaciones que convierten su cuerpo en una carnosa y viscosa masa de carne. Una vez en el hospital, se dará cuenta que lo único que necesita es carne humana y la enfermera que lo cuida será su primera víctima. Escapará del hospital y se refugiará en los bosques a la caza de más víctimas que sacian su hambre. El doctor Ted Nelson será el único capaz de frenar esa amenaza mortal en la que se ha convertido el pobre West.

Directores

William Sachs

Reparto

Alex Rebar, Burr DeBenning, Myron Healey, Michael Alldredge, Ann Sweeny, Lisle Wilson, Cheryl Smith, Julie Drazen, Stuart Edmond Rodgers, Chris Witney
Horror Fantascienza

RESEÑAS (1)

RG

Roberto Giacomelli

La misión espacial en la órbita de Saturno no tuvo éxito y el único superviviente, Steve West, quedó expuesto a las radiaciones cósmicas con consecuencias dramáticas. El hombre, de hecho, sufrió una mutación molecular que lo está haciendo literalmente derretirse; la única forma de preservar lo más posible su integridad física es alimentarse de carne humana. Una vez escapado del hospital en el que estaba ingresado, West se refugia en los bosques en busca de presas. El título original de esta película – The Incredible Melting Man – es explícito sobre el tipo de operación con la que tenemos que ver: un fanta-horror declaradamente de serie B que tiene la intención principal de evocar un cierto tipo de cine de ciencia ficción de los años 50. Digamos que el director y guionista William Sachs ("Spooky House") ha acertado solo al 50%, captando indudablemente algunas acertadas ideas nostálgicas y mezclándolas con la nueva ola de terror de los años 70, pero cayendo también en algunas banalidades evitables que hacen que "El hombre de cera" sea definitivamente "antiguo" si se ve con los ojos de un espectador moderno, aunque perfectamente alfabetizado en visiones de época. Sachs quería rendir homenaje al género de ciencia ficción típico de la mitad del siglo pasado, especialmente aquel contaminado con las atmósferas de terror que tuvo cierto éxito de público y que hoy es venerado como objeto de culto, en particular se puede notar una conexión temática segura con dos películas de cierta importancia como "La nave espacial del Dr. Quatermass" y "El primer hombre en el espacio". Sachs conoce el género y logra crear una cierta dosis de sugestión de ciencia ficción old school de segura atracción para el público de los drive-in; los guiños, sin embargo, se limitan a la trama narrativa para centrarse luego en el desarrollo de la historia completamente en la doble caza del hombre llevada a cabo por el monstruo en busca de carne para alimentarse y por las fuerzas del orden en busca del monstruo. En este punto, la atmósfera oscura y el uso abundante de escenas gore y espeluznantes hacen que la obra se incline hacia el terror más explícito, creando un híbrido curioso y fascinante de doble alma: sugestiones de fanta-horror clásico y semiótica cara al renovado terror "sangriento" de los años 70. Incluso la dirección no excluye algunos interesantes movimientos de cámara (se debe mencionar especialmente el "viaje" a lo largo del curso de agua de la cabeza cortada) que muestran cómo Sachs tenía talento más allá de los mediocres films que componen su currículum. Contra esta obra hay una serie de pequeños detalles que testimonian la poca atención que se dedicó a la escritura del guión, que cae en errores groseros (¿por qué hacer una misión en un planeta gaseoso?) o en preocupantes laissez-faire que suponen una cierta propensión del espectador a la suspensión de la incredulidad: en práctica se pasa por alto un poco todo, empezando por el porqué West necesita precisamente carne humana para sobrevivir. A pesar de que la película no llega a 90 minutos, se corre el riesgo de aburrirse por una redundancia excesiva de los eventos que hacen poco fluida la narración. No ayudan los personajes unidimensionales, completamente eclipsados por la presencia física del hombre de cera, un Alex Rebar ("Amityville Horror – La fuga del diablo") hecho irreconocible por el maquillaje efectivo de Rick Baker, aquí en una de sus primeras creaciones. No ayuda el presupuesto muy bajo con el que se realizó la película, que hoy la hace estéticamente muy, quizás demasiado, cruda. Simpática y lograda la cita a "Frankenstein" que ve protagonista a una niña y su encuentro cercano con el hombre de cera. Una película ingenua, por lo tanto, y seguramente no del todo exitosa sobre todo a causa de un guión superficial y una pobreza de fondo muy evidente. "El hombre de cera" sigue siendo una obra antigua pero igualmente fascinante, especialmente para los cultores del vintage, además de ser uno de los primeros horrores del mini-filón "melting". Merece media calabaza más.