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EL CIEMPIÉS HUMANO 3

The Human Centipede 3 (Final Sequence)

2015 NL HMDB
mayo 22, 2015

Tercera y última entrega de la saga "Human Centipede". Según su director, "The Human Centipede 3 hará que la segunda parte parezca una película de Disney." En esta ocasión, el ciempiés humano estará formado por 500 personas.

Reparto

Dieter Laser, Bree Olson, Eric Roberts, Laurence R. Harvey, Robert LaSardo, Tommy Lister Jr., Jay Tavare, Clayton Rohner, Tom Six, Peter Blankenstein
Horror

RESEÑAS (1)

CR

Cristina Russo

Bill Boss es el director de una prisión texana de máxima seguridad. La situación económica de la estructura no es buena y, como si eso no bastara, el sádico jefe, a pesar de sus métodos punitivos inhumanos, no logra controlar a sus reclusos. Bajo la amenaza de despido por parte del Gobernador del Estado, el contable Dwight - inspirado por la saga de "The Human Centipede" - propone utilizar a los presos para formar un milpiés humano: una idea útil tanto como disuasivo para el crimen como solución que permita reducir al mínimo los costos de gestión. El exasperado Boss, bajo el efecto de la canícula estival, se dejará llevar un poco demasiado... Había gran expectativa por el lanzamiento del tercer y último capítulo de "The Human Centipede", el cual, como era bastante previsible, ha dividido claramente al público entre detractores y admiradores. De los pocos fotogramas y del sinopsis que circulaban por la web se intuía claramente que Tom Six había optado por un cambio más de estilo y género, manteniéndose fiel a la línea adoptada para la realización de la trilogía. Una saga aquella del milpiés humano atípica, basada no en la continuidad narrativa, como ocurre en la mayoría de los casos (con resultados que dibujan a menudo una parábola descendente), sino en la puesta en escena de la idea central propuesta siempre en un contexto diferente. Idea que parecía brillante en el primer episodio, bastante canónica en la estructura y la estética, pero con un villano de todo respeto destinado a quedar grabado en la iconografía del cine de terror (y perdonen si es poco), para transformarse luego en un puñetazo en el estómago en la secuela, un concentrado indigesto de excesos y violencia indescriptible, impregnado de humor negro, que cabalgaba la ola del torture porn más extremo. Si el público había torcido el gesto en "First Sequence" porque no se veía suficiente y en "Full Sequence" porque se veía demasiado, en el tercero "Final Sequence" torce el gesto porque el tono de la película es excesivamente cacofónico. Six, de hecho, juega sin frenos con el concepto del exceso, expresado esta vez en clave humorística. A medio camino entre comedia, película de prisión y torture porn, "Human Centipede III" se desborda brutalmente hacia aguas grotescas que descolocan por completo al espectador. Este último cae en la trampa psicológica - e inevitable - de identificar a los dos protagonistas con los personajes de las dos películas anteriores, teniendo dificultades para encajarlos en roles completamente diferentes y reunidos en la misma película. Dieter Laser, que en la primera película encarnaba al loco Dr. Heiter, viste esta vez los trajes del director de la prisión desequilibrado, regalándonos una actuación actoral sublime y exagerada: haciendo uso de una gestualidad enfática y una física teatral logra arrancar más de una (negrísima) risa, gracias también al lenguaje soez que lo caracteriza. No menos es Laurence R. Harvey (irresistible con sus bigotitos a lo Hitler), quien nos sorprende con la espontaneidad ligada al personaje que interpreta, locuaz y a años luz del maniaco viscoso e impávido del segundo episodio, que inquietaba solo de verlo. La extraña pareja explota al máximo su expresividad y demuestra una polifacética y capacidad de adaptación realmente encomiable y fundamental para el éxito de la película, que goza de una excelente calidad final. Si es cierto que el corte de la película es forzosamente caricaturesco - a partir de la caracterización de los personajes - también es cierto que el componente splatter no está en absoluto ausente, algunas escenas son realmente fuertes y extremadamente cruentas: las torturas perpetradas contra los reclusos, realizadas con efectos técnicamente impecables, se consuman en un marco farsesco que las hace todo menos "ligeras", amplificando, por el contrario, el sentido de asco y repugnancia. El director holandés (que lo vemos interpretar un cameo en su propio papel) se burla de sus detractores (pero también de sus fans y de sus propias obras) y se burla - con ironía y más a menudo con una risa grosera y liberadora - de quienes, con un celo digno de mejor causa, atribuyen a las películas de terror significados y responsabilidades que no tienen y nunca han tenido. Lo hace creando una obra intencionalmente autorreferencial, enriquecida por un autocitacionismo complaciente tan exagerado que suscita fastidio e irritación en esa (gran) parte del público incapaz de captar el espíritu gamberro de la operación y que probablemente esperaba un trabajo en la línea del capítulo anterior. Equivocado y engañoso analizar este capítulo final comparándolo con los dos precedentes: cada segmento de la trilogía es, de hecho, autónomo y se limita a explotar el hilo conductor de la saga sin dar un verdadero seguimiento a la trama narrativa. Los simpáticos interludios de los protagonistas se consumen sobre un fondo cromático saturado e inflamado (como la temperatura texana), en un contexto estilístico formalmente menos elegante en comparación con el segundo film - que con su blanco y negro perforaba la pantalla - pero igualmente buscado y efectivo. Esta vez, Six ha preferido concentrar gran parte de la atención en el aspecto paródico, dosificando las apariciones de su "criatura" (el milpiés humano aparece solo al final) y pisando a fondo el acelerador del "políticamente incorrecto": los personajes no conocen piedad ni humanidad, los diálogos están repletos de chistes de mal gusto, no hay respeto por las mujeres ni por ninguna raza o religión. En resumen, el triunfo del insulto gratuito por una proclamación de irreverencia en estado puro. En conclusión, "The Human Centipede III" es una película que, si se contextualiza adecuadamente, puede resultar un placer culpable tragicómico sazonado con maldades aquí y allá; los cinéfilos más serios e intransigentes harán mejor en mantenerse alejados.