SINISTER 2

La joven Courtney, madre de dos niños y huyendo de un marido violento que busca desesperadamente la custodia de sus hijos, se muda a una casa junto a una iglesia desacralizada donde se cometió un terrible crimen ritual. Mientras tanto, el exsubcomisario So&So, ahora detective privado, busca lugares específicos de crímenes para destruirlos, ya que sabe que estos sitios son fundamentales para la perpetuación de la maldición del demonio Buhguul. Las historias de ambos inevitablemente se cruzan, y Buhguul muestra un interés particular por los hijos de Courtney. En 2012, "Sinister" fue uno de los primeros grandes éxitos de BlumHouse Productions, lo suficientemente potente como para dar lugar a una franquicia. Con una inversión mínima de apenas 3 millones de dólares y una recaudación que se acercó a los 100 millones en todo el mundo, el pequeño filme de terror protagonizado por Ethan Hawke representaba un excelente ejemplo de minimalismo aplicado funcionalmente a la construcción magistral de tensión. La historia del escritor obsesionado con los crímenes que documenta, al punto de convertirse en protagonista de una historia igualmente macabra y sangrienta, se actualiza en "Sinister 2" al centrarse en otros personajes. Una vez más, los niños están en el centro de la trama, pero de manera más prominente en comparación con el filme de Scott Derrickson. En esta secuela, la dimensión infantil es fundamental para explorar una trama que enfatiza la maldad, lo políticamente incorrecto y el gore. Consciente de los giros de "Sinister" y del mecanismo que lo sustenta, esta secuela sumerge al espectador directamente en el corazón de la historia desde una perspectiva diferente. Si en la primera película el protagonista descubría progresivamente los detalles del insidioso actuar del demonio, aquí vemos la historia a través de los ojos de un niño, víctima designada de Buhguul. Seguimos así la obra de persuasión que el monstruo prepara mediante los fantasmas de otros niños que ha corrompido para preparar el ritual que llevaría al sacrificio de una familia inocente. Con referencias muy evidentes a un clásico sobre jóvenes asesinos como "Los chicos del maíz" y una escena clave del clásico de George Romero "La noche de los muertos vivientes" que se muestra de forma profética en la televisión, "Sinister 2" avanza sin grandes sorpresas hacia un final demasiado apresurado. La efectividad de la película reside completamente en los aterradores vídeos snuff que el pequeño Dylan se ve obligado a mirar y que fueron la verdadera revelación de la primera entrega. El director Ciarán Foy es muy consciente de ello y apuesta mucho por este elemento, elaborando mini películas dentro de la película cada vez más crueles y elaboradas. "Sinister 2" tiene el mérito de hacer más aceptable la inclusión de niños fantasma en la trama, un elemento que en la película anterior tenía un aire de intrusión considerable, pero termina creando una secuela que, en realidad, no aporta nada nuevo respecto a su predecesora. ¡Apenas suficiente!