RG
Roberto Giacomelli
•Jamie le confiesa a su novio que se ha descubierto lesbiana, pero el chico la maltrata y la obliga a huir de casa. Después de muchos meses, Jamie se ha rehecho la vida en Las Vegas, donde vive con su nueva novia y trabaja como stripper en un club nocturno; pero pronto un asesino con las facciones de una transexual comienza a matar a las chicas del local donde trabaja Jamie.
La idea detrás de "Switch Killer" es solo una: crear escándalo! Y el torpe director y guionista Mack Hail ha pensado en hacer un thriller/horror torpe con fuertes connotaciones eróticas que habla abiertamente de homosexualidad, en todas sus formas. La idea, que sin duda es original, está sin embargo mal aprovechada, porque logra abordar el tema con una superficialidad desarmante que a menudo termina en ridículo y se concentra exclusivamente en escenas de desnudo y asesinatos. El aspecto psicológico de la historia, que podría haberse abordado con facilidad por una película con un argumento similar, se deja de lado de inmediato y se pasa inmediatamente a subrayar el aspecto voyeurista de la historia, con planos secuencia insistentes de striptease femenino y abundantes planos de partes anatómicas femeninas que realmente no dejan nada a la imaginación.
Dejando de lado el deseo de Mack Hail de dirigir una película para "Penthouse", pasamos a la componente de horror, que se centra en los numerosos y sangrientos asesinatos y en el final grand guignol que tiene como protagonista una motosierra estruendosa. Increíblemente lograda y realmente impresionante es la representación estética del asesino, que aparece como una especie de Marilyn Manson de voz suave y perversa, interpretado por el debutante Eric Bishop.
La realización completa de "Switch Killer" es claramente de muy bajo nivel, debido a una fotografía subexpuesta, una dirección bruta e incompetente y una actuación en general muy mala. A todo esto se suma una duración realmente ridícula (1 hora y 10 minutos) que mantiene a "Switch Killer" apenas en los límites de la película de largometraje, de hecho, la escasa duración parece haber sido alcanzada a la fuerza gracias a una secuencia innecesaria e irritante de imágenes insertadas al final que resumen lo que se había mostrado durante la película, un expediente claramente utilizado para permitir que la película se adjudique la etiqueta de largometraje.
A pesar de la incomensurable fealdad de la película en cuestión, "Switch Killer" no es del todo mala, de hecho, resulta bastante divertida y capaz de dar algunos gritos de entusiasmo goliardesco por parte del espectador fan del sexo y el gore.
Curiosidad. Es divertido notar cómo "Switch Killer", producido en 2005, logra en una secuencia anticipar un hecho ocurrido aquí en Italia el pasado octubre: el asesino trans entra en el baño de mujeres de un lugar público, pero es bruscamente reprendido y atacado por una mujer que lo sorprende haciendo sus necesidades. Esta secuencia no puede sino hacer sonreír al espectador recordándole el escándalo ocurrido en un baño del Parlamento y que ha tenido como protagonistas a dos parlamentarios conocidos, rostros conocidos del mundo del espectáculo y pertenecientes a facciones políticas opuestas.