Telly Paretta se encuentra atormentada por el recuerdo de su hijo de ocho años, Sam, fallecido hace 14 meses en un accidente aéreo. Mientras intenta superar la pena y el consiguiente alejamiento de su marido Jim, su psiquiatra, el Dr. Munce, le informa de que está sufriendo alucinaciones, que su hijo nunca existió y que ella misma está creando sus memorias. Confusa, intenta encontrar evidencias de la existencia de Sam, fotos, vídeos, libros de recuerdos. Pero todo ha desaparecido. Telly está convencida de que se está volviendo loca hasta que conoce a Ash Correll, el padre de una de las otras víctimas del accidente de aviación. Juntos, se embarcan en una búsqueda para probar la existencia de sus hijos y demostrar su salud mental.
Directores
Joseph Ruben
Reparto
Julianne Moore, Dominic West, Gary Sinise, Anthony Edwards, Alfre Woodard, Linus Roache, Robert Wisdom, Jessica Hecht, Christopher Kovaleski, Matthew Pleszewicz
DrammaThrillerFantascienzaMistero
RESEÑAS
(1)
AC
Alessandro Carrara
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Nueva York, hoy. Telly Beretta es una mujer infeliz: su hijo murió hace más de un año, pero no logra superar el dolor de la pérdida. A pesar de estar en tratamiento con un psiquiatra, los recuerdos están minando toda su existencia, en particular su relación con su marido, hasta que un día comienza a sufrir extrañas amnesias y descubre que su niño ha desaparecido de todas las fotos de la casa.... Al principio acusa a su marido, pero luego se da cuenta de que, en realidad, todos, incluido su analista, están convencidos de que tiene una visión distorsionada del pasado: parece que Terry nunca ha tenido un hijo, y que está en tratamiento para curar sus angustiosas alucinaciones... Cuando aparecen los créditos finales en la pantalla, se quiere olvidar ya esta película: los típicos clichés del género "thriller sobrenatural de fondo psicológico que deriva en la ciencia ficción" están todos, trillados y repetidos: la protagonista que sola intuye la realidad pero que es tomada por loca, los agentes del servicio secreto pertenecientes a una sección más secreta que las demás, el teniente de policía despierto que debería meter en la cárcel a la protagonista pero que intuye que hay algo debajo y se pone en contra de los federales (más por razones de malla que otra cosa: "¡En Nueva York la ley soy yo!"), el psicoanalista del que no se puede fiar, las presencias sobrenaturales impalpables, los complots gubernamentales con alienígenas en connivencia para hacer experimentos con humanos... todo como siempre, en resumen. El resultado es un episodio de "X-Files" mezclado con uno de esos thrillers psicológicos que deberían dar miedo pero que en realidad dan sueño: un guión predecible, situaciones improbables, diálogos en ciertos puntos risibles y errores de guion evidentes (los responsables de la conspiración son capaces de manipular las mentes, el espacio y el tiempo: son prácticamente omnipotentes, pero ¿qué hacen? Cuando tienen que modificar una habitación ponen un nuevo papel pintado ¡Y no hacen ni el trabajo bien...). La única manera de mantener la tensión del espectador son los ruidos blancos aburridos, que en la sala resultan ensordecedores, asegurando así el sobresalto (mejor dicho, el rebote) del espectador. En realidad, estos trucos han sido usados y abusados en los últimos años, y ahora tienen algo de empalagoso; ni siquiera la presencia de una gran actriz como Julianne Moore, capaz de dar en muchos momentos una interpretación objetivamente notable, consigue sacar la película de los abismos del aburrimiento. Acertado también el personaje del padre exjugador de hockey alcohólico, y, aparte de los policías macarras (los federales de siempre que a todo responden "seguridad nacional", vistos y revistos), la película no puede considerarse mal interpretada: pero cuando el sujeto es malo, todo esfuerzo positivo se ve anulado. Efectivamente, la película se basa en los miedos atávicos del americano medio: ser controlados desde arriba (famosas las polémicas sobre los satélites espía que grabarían a los ciudadanos americanos), ser continuamente interceptados, manipulados por fuerzas superiores contra las que es imposible oponerse, conspiraciones varias o gubernamentales o alienígenas o en sociedad con participación de ambos... muchísimas películas han abordado estas temáticas en los últimos treinta años... ¡una más se podría haber ahorrado! En conclusión, una película realmente mediocre, aburrida, predecible y con una sola secuencia interesante (el accidente, aunque totalmente irrealista... los airbags no se abren y el impacto debería al menos aturdir a los ocupantes, que se van como si nada fuera) y impregnada de un sentido de déjà vu molesto, en resumen, absolutamente para evitar si se puede.