RG
Roberto Giacomelli
•Recientemente divorciado de su esposa, Clyde acoge a sus dos jóvenes hijas, Hannah y Em, en su nueva casa durante todo el fin de semana. Durante una visita a un mercadillo del barrio, Em identifica una vieja caja de madera con inscripciones hebreas en los lados y queda particularmente impresionada, pidiéndole entonces a su padre que se la compre. La caja está sellada y contiene algo, por lo que Em, intrigada, la fuerza a abrir, descubriendo en su interior algunos extraños recipientes, un anillo, dientes humanos, un mechón de cabello y una polilla muerta. A partir de ese momento, la niña comienza a comportarse de manera muy extraña, mostrando signos de desequilibrio y esquizofrenia. Después de las visitas médicas de rutina, Clyde comienza a convencerse de que su hija es en realidad víctima de una posesión demoníaca.
La Ghost House Pictures, compañía de producción fundada por Sam Raimi y Robert Tapert y dedicada al horror en todas sus formas, no ha brillado ciertamente por la calidad de sus productos hasta ahora. Si excluimos "30 días de oscuridad" (la secuela no se podía ver!) y "Drag me to Hell", dirigida por el mismo Raimi, difícilmente encontraremos productos particularmente memorables, dado que entre la saga de "Boogeyman", la de "The Grudge" y un par de "The Messengers" no hay mucho de qué frotarse las manos. Y lamentablemente, incluso un producto con buenas expectativas como "The Possession" no mejora mucho las cosas de esta tendencia, aunque nos encontramos ante una película que al menos está por encima de gran parte de las películas etiquetadas Ghost House.
Lo realmente fascinante de "The Possession" es la historia real en la que se basa. Sí, porque esta película también está basada en hechos realmente ocurridos y especialmente readaptados y espectacularizados para una película de terror. En 2004, el periodista del Los Angeles Times Leslie Gornstein descubrió la historia de un hombre que estaba subastando en eBay lo que él creía que era una auténtica caja para dybbuk. Los dybbuks son entidades malignas del folclore judío que solo pueden sobrevivir uniéndose a los seres humanos y estableciéndose en su propia carne (la palabra dybbuk, de hecho, significa "vínculo"). La única manera de derrotar a estos espíritus/demonios es encerrarlos en contenedores especiales que aíslen su fuerza. En la historia contada por el Los Angeles Times, el propietario de la caja decía haber vivido una serie de desgracias desde que entró en posesión de ese objeto y antes que él, lo mismo le había ocurrido a los anteriores propietarios. El objeto se remonta a una anciana mujer sobreviviente del Holocausto, llegada a Estados Unidos después de la guerra con esta caja, advirtiendo a sus familiares del peligro que se escondía en su interior y recomendándoles que nunca la abrieran.
La película toma, pues, la historia de la caja para dybbuk y la inserta en un contexto típicamente moderno como el de las hijas divididas entre dos padres divorciados y la une al género del terror exorcista, que en los últimos tiempos ha vuelto a estar muy de moda. El buen potencial del tema se ve un poco reducido por un guión demasiado convencional (obra de Juliet Snowden y Stiles White) que tiende a montar todos los clichés posibles e imaginables del terror exorcista, convirtiendo a "The Possession" en una película que ya se ha visto.
La historia de una mujer perseguida y poseída por un dybbuk había sido recientemente contada con cierta mediocridad cualitativa también por "The Unborn" y "The Possession" termina pareciéndose en gran medida a esta película de David S. Goyer, aunque de su parte tiene un mayor desarrollo del mito judío y una serie de escenas de efecto que podemos considerar sin duda exitosas. Los pequeños detalles que sugieren la presencia del demonio en la cotidianeidad de Em están marcados con eficacia creciente y escenas como aquella en la que la niña se mira dentro de la caja mostrando un rostro transformado, o la espectacular escena de la invasión de las polillas o el inquietante encuentro/enfrentamiento entre Em y su madre en la cocina, logran todas arrancar algún escalofrío. El exorcismo final, en cambio, deja bastante indiferente, quizá más por la rareza del ritual judío que por otra cosa, aunque el clímax final no carece de algunas buenas e inquietantes intuiciones. Al respecto, juega a favor la ubicación hospitalaria, obtenida del Riverview Mental Institution, un instituto psiquiátrico abandonado (¡y se rumorea que embrujado!) ubicado en la Columbia Británica, aunque cuesta creer que un hospital en funcionamiento en la realidad de la película esté tan desierto durante la noche.
Al timón de "The Possession" está el danés Ole Bornedal, conocido sobre todo por el thriller "Nightwatch", que da una excelente prueba de dirección, muy atenta a las atmósferas y con algunos bellos encuadres además para marcar cada elipsis temporal. Del reparto, Jeffrey Dean Morgan ("Watchmen"; "The Resident") y Kyra Sedgwick (la serie de televisión "The Closer") hacen sin duda un buen trabajo y convence también el rapero Matisyahu en el papel del nuevo rabino exorcista Tzadok.
Por lo tanto, hay cosas buenas en "The Possession", pero el guión predecible y con diálogos feos tiende a aplanarlo todo y el ritmo de la película es irregular con una primera media hora o cuarenta minutos en los que no sucede prácticamente nada. Al final, se tiene la sensación de haber visto una película que ya se ha visto decenas de veces, un trabajo bien hecho por encargo que, sin embargo, no deja ninguna huella.
