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Roberto Giacomelli
•Sarah Matthews es una estudiante universitaria de primer año que tiene dificultades para adaptarse al campus. A Sarah se le asigna como compañera de habitación Rebecca, una chica dulce e introvertida que se convierte inmediatamente en cómplice de Sarah en todo. Con el paso de los días, Rebecca resulta ser demasiado invasiva y parece haber desarrollado hacia Sarah un apego casi morboso. Cuando todas las personas cercanas a Sarah comienzan a ser víctimas de accidentes, la chica decide poner fin a su amistad con Rebecca, pero esta última resulta ser una peligrosa psicópata que no tiene ninguna intención de abandonar a su "mejor amiga".
Da una extraña impresión encontrar una película como "The Roommate" en la sección "Últimos lanzamientos" de una tienda de alquiler de videos y constatar que efectivamente fue producida en 2011. Da extraño porque "The Roommate" parece una película vieja de al menos veinte años, tiene el aire de esos thrillers de primera tarde de Mediaset nacidos bajo la norma de varios "Atracción fatal" o "Inserción peligrosa" que eran populares en las televisiones privadas a principios de los años 90. Evidentemente, el guion de Sonny Mallhi estaba tomando polvo en los cajones de la Screen Gems durante algún año hasta que a alguien no le pareció oportuno renovar la fórmula del thriller de acosador fusionándola con el teen movie y un reparto que aprovecha jóvenes rostros conocidos en el campo de la
serie de televisión. La Screen Gems acertó y "The Roomate", que costó unos 16 millones de dólares, recaudó casi 40 solo en Estados Unidos.
La razón de este éxito es fácilmente identificable en el acertado reparto del film que llevó a las salas de cine estadounidenses a millones de jóvenes (sobre todo chicas, aunque diría…) fans de "Gossip Girl", "Parenthood", "90210" y probablemente otras series de televisión juveniles, y esto explicaría también el motivo por el que en Italia la Sony haya esquivado la sala reservando "The Roommate" solo para el mercado del home video, visto el menor atractivo del público italiano para las series mencionadas.
Digamos que, a pesar del envejecimiento narrativo que se transforma automáticamente en previsibilidad en todos los frentes y una estrategia que apunta a un público muy específico que no suele coincidir con el del thriller de alta tensión, "The Roommate" no es una mala película. Obviamente tampoco es una buena película, sino simplemente uno de esos productos que chapotean en la mediocridad y se
preparan para ser olvidados a la velocidad de la luz.
Todo gira en torno a las actuaciones de las dos actrices protagonistas, bien interpretadas por Leighton Meester ("Gossip Girl"; "Monte Carlo"), que ofrece un retrato de psicópata esquizofrénica bastante acertado, y Minka Kelly ("Mi esposa falsa"), que interpreta con convicción el papel de la víctima. Claro, también han colocado dentro al inevitable Cam Gigandet, con su rostro inexpresivo habitual de cuando hizo de vampiro malo de "Crepúsculo", que aquí viste los trajes del seductor que se lleva a la cama a Sarah, desatando los celos de Rebecca. Hacen una breve aparición también los rostros conocidos de Billy Zane ("Titanic"), ahora siempre más relegado a poco más que un cameo, y Thomas Arana ("La Chiesa", "La secta") que desde hace algún año alterna con desinvoltura ficciones televisivas italianas con kolossal a estrellas y rayas y productos low budget para el home video.
Desafortunadamente, "The Roommate" es un thriller inofensivo como la sonrisa de un niño y esto es una pena porque elevando la edad del público objetivo (y quizás cambiando su sexo), se habría podido infundir a la película un nivel de erotismo que parece querer surgir de más de una escena y que en cambio es visiblemente frenado o dejado de lado. La atracción homoerótica que Rebecca desarrolla
por Sarah es evidente, pero la película intenta ocultarlo, no explicitarlo, mandando así al traste una clave de lectura que habría podido redimir la película. La violencia y el suspense están al mínimo sindical, digamos claramente que "The Roommate" no tiene violencia en absoluto y que la tensión se desarrolla en todo en un par de escenas, entre las que está el inevitable acecho bajo la ducha y el clímax final.
Christian E. Christiansen hace un trabajo de dirección limpio y digno y el conjunto de la película es admirable, con una banda sonora pop acertada que se casa a la perfección con las imágenes pulidas de la película. En general, pues, "The Roommate" se deja seguir y resulta también discretamente agradable, pero al mismo tiempo no reserva sorpresas y se parece demasiado a tantos otros thrillers de los años 90.
Despreciable.