VD
Vincenzo de Divitiis
•Michelle abandona el apartamento donde convive con su compañero y durante el viaje en coche en plena noche es atropellada por otro vehículo que la saca de la carretera y la hace perder el conocimiento. Pocas horas después, la joven se despierta en una habitación con una cadena que la ata a una cama y un vendaje visible en la pierna. En un primer momento cree que está en peligro y trata de liberarse hasta el momento en que la puerta se abre y ante sus ojos aparece una figura severa y poco tranquilizadora de un hombre que le trae comida. Es Howard, quien dice haberle salvado la vida y llevado a un búnker que él construyó en espera de un ataque terrorista que, según el hombre, ha hecho el aire irrespirable y lleno de radiación. Michelle, sin embargo, no está convencida por los comportamientos y explicaciones de Howard y, con la ayuda de Emmett, otro chico huésped del búnker, comienza a indagar para descubrir qué está pasando realmente fuera.
A ocho años de distancia, J.J. Abrams regresa al lugar del crimen. Era 2008, de hecho, cuando su Bad Robot inició una producción que cambió la forma de concebir las películas de monstruos y contribuyó a la revalorización del tan vituperado estilo POV: estamos hablando de "Cloverfield" de Matt Reeves en el cual un monstruo de orígenes no precisos invade y destruye Manhattan y todo es filmado por la cámara de un chico que se encuentra allí por pura casualidad.
El éxito fue tan enorme e inesperado que impulsó a Abrams a pensar en una secuela que, sin embargo, a excepción del título, tiene poco del primer capítulo de la saga y presenta varias novedades, desde el abandono del uso del encuadre en primera persona hasta llegar a una estructura narrativa completamente alterada. Características que hacen de este "10 Cloverfield Lane", ópera prima de Dan Trachtenberg, una película autónoma y muy lograda y, sobre todo, una operación muy inteligente y astuta ya que no se busca repetir la fórmula ganadora del primero.
Olvídense entonces de todo lo que vieron en la película de Reeves: fuera la mega fiesta en el rascacielos, los escenarios urbanos y el alto nivel de espectacularidad garantizados por las explosiones en las calles de Nueva York y las apariciones del imponente monstruo y sus crías (¿cómo no recordar el acalorado enfrentamiento en el metro). Trachtenberg construye una historia claustrofóbica que juega con la ansiedad y la tensión continua y para agudizar tales sensaciones se sirve del único punto de vista de Michelle para permitir al espectador reconstruir los hilos de la historia minuto a minuto, como en un enorme mecanismo de encaje corroído por la locura de la mente humana.
Cada elemento funciona a la perfección y el verdadero punto fuerte de la película, la columna vertebral de toda la trama, es el cuidado con el que se delinean los tres protagonistas perfectamente complementarios entre sí: tenemos a Howard, un hombre rudo y desde el principio poco claro y cuando menos ambiguo que tiende a tomar el mando dentro del microcosmos doméstico; Michelle es una mujer valiente y fuerte que busca por todos los medios descubrir qué está escondiendo el dueño del búnker; y finalmente está Emmett, cuyo carácter débil y cobarde lo lleva a tener miedo de Howard, pero al mismo tiempo a apoyar las acciones de la joven mujer. Lo interesante es que los caracteres de los personajes evolucionan con el transcurso de los eventos y esto le confiere a la historia un ritmo decididamente agradable durante largos tramos. Claro, no faltan los pasajes a vacío y caídas de ritmo visibles, amplificadas por una duración quizá excesiva, pero estos quedan rápidamente en segundo plano por una parte final adrenalinica y salpicada de efectos especiales bien realizados y funcionales para crear un mínimo de conexión con la primera película, dejando abiertas numerosas interrogantes sobre el origen del ataque del cual los protagonistas se están escondiendo.
Otro salto de calidad respecto al pasado es el elenco que esta vez se presenta de nivel absoluto y en el cual destaca un fenomenal John Goodman, acompañado por las igualmente excelentes Mary Elizabeth Winstead y John Gallagher Jr.
"10 Cloverfield Lane" es pues un excelente punto de partida para toda la saga que, si continuara así, podría realmente brindar muchas satisfacciones a los fanáticos del género, y no solo.