RG
Roberto Giacomelli
•Jeff Matthews se muda a una nueva ciudad con su padre veterinario, después de que su madre, la famosa actriz Renee Hallow, muriera a causa de un accidente en el set. Jeff no se adapta muy bien y entre los actos de bullying de algunos de sus compañeros de escuela, el único que se muestra amigo es el igualmente inadaptado Drew, víctima de los abusos de su padrastro, el sheriff Gus. Tras la enésima pelea con su hijo, Gus mata al perro de Drew que, desesperado, le pide a Jeff que lo acompañe a un cementerio indio para enterrar a su animal, ya que se dice que los muertos que son enterrados allí luego vuelven a la vida. Efectivamente, el perro vuelve pero está cambiado, se muestra más agresivo y ataca a Gus matándolo. Drew y Jeff deciden entonces enterrar al hombre en el cementerio indio, pero las cosas comienzan a degenerar...
Tres años después del excelente "Cementerio viviente", Mary Lambert vuelve detrás de la cámara para dirigir la secuela de lo que había sido un éxito de público y crítica. Lamentablemente, la perfecta alquimia que residía detrás de la primera película no se repite, pero el resultado es, de todos modos, un entretenido b-movie que apunta más a la ironía y al entretenimiento que a las reflexiones funerarias.
Lo que quizás le falta a "Cementerio viviente 2" es una historia realmente "fuerte" en la base, de hecho se pueden entrever un poco las fallas de la secuela filmada exclusivamente para montar el éxito de la película anterior sin que hubiera una necesidad real de agregar algo a la historia original.
La trama, bien o mal, intenta replicar la estructura de la del film anterior poniendo en el centro de la narración la dificultad de la elaboración del duelo y desencadenando el crescendo de horror siempre a través de la resurrección de un animal doméstico (allí un gato, aquí un perro), menos inquietante pero más temible. En este caso, sin embargo, Lambert, en un guion de Richard Outten, prefiere subordinar los personajes a los eventos, lo que se explica en el prólogo que ya presenta el "duelo principal" de la historia y del cual se desarrolla la construcción caracterial estática del protagonista, a diferencia del prequel en el que la personalidad de Louis Creed sufría una transformación degenerativa, una caída lenta y constante hacia un abismo de locura. A pesar de esto, los personajes que pueblan "Cementerio viviente 2" no son nada deplorables, especialmente los dos niños protagonistas Jeff y Drew, interpretados de manera convincente por Edward Furlong ("Terminator 2 - El día del juicio final"; "Brainscan - El juego de la muerte") y Jason McGuire (que pronto saldrá de las escenas y aquí en su único papel relevante). Se trata de los clásicos "perdedores" que con frecuencia pueblan el universo de Stephen King, superados por matones - aquí capitaneados por Clyde/Jared Rushton - y listos para enfrentarse al horror sobrenatural como prueba para un crecimiento interior metafórico. Entre todos, sin embargo, quizás el personaje que más quedará en las mentes de los espectadores es el pérfido sheriff Gus, interpretado por un Clancy Brown ("Highlander - El último inmortal"; "Pathfinder") en gran forma.
La idea de insertar algunas escenas irónicas - que tienen como protagonista casi exclusivamente al sheriff "ressuscitado" - quizás no fue una gran idea, ya que así se diluye demasiado ese halo opresivo generado inevitablemente por los temas tratados, dando así un tono un poco más de farsa a toda la película.
Excelente el trabajo del departamento de maquillaje dirigido por el especialista Steve Johnson ("Videodrome"; "Grosso guaio a Chinatown"; "Nightmare 4 - El no despertar") que alcanza su punto máximo en el exitoso clímax final, confiado abundantemente al efecto especial más que al aumento de la tensión. Excelente también la banda sonora de sonido rock que incluye piezas, entre otros, de los Dramarama y los Ramones (que también aparecían en la banda sonora de la primera película).
"Cementerio viviente 2" fue prácticamente masacrado por la crítica y no recibió una gran acogida (especialmente económica) por parte del público. Una fama excesivamente nefasta ya que, por muy lejos cualitativamente del prototipo, esta secuela es, de todos modos, un horror honesto y dotado de buen ritmo que se deja ver y recordar con placer.