MC
Marco Castellini
•Durante una conferencia sobre el espiritismo, una médium siente la presencia en la sala de un asesino; la noche siguiente, la misma médium es atrocemente asesinada. El joven Marc, un pianista inglés en Turín por trabajo, asiste casualmente a la muerte de la mujer pero logra ver al asesino solo de refilón sin poder ver su rostro. A partir de ese momento, el hombre se interesa por las investigaciones y, con la ayuda de una periodista, busca descubrir la identidad del asesino, que mientras tanto sigue dejando tras de sí una estela de crímenes atroces... Una de las obras maestras por antonomasia de Dario Argento, una película que no tiene prácticamente defectos, solo virtudes, resultando en absoluto la mejor, en su género, jamás producida en Italia y probablemente en el mundo. Aunque se trate esencialmente de un giallo, en "Profondo Rosso" es evidente, desde las primeras secuencias, una inclinación cada vez más marcada hacia el gótico y el horror puro: un niño que empuña un cuchillo ensangrentado sobre las notas de una inquietante nana infantil, una médium que advierte una presencia perversa y que luego termina brutalmente asesinada... el giallo desliza hacia lo paranormal, en una zona de sombra donde nada es racional y todo puede ocurrir. Un claro homenaje a la tradición gótica italiana es también representado por las secuencias ambientadas en el interior de la casa abandonada en ruinas ("La Villa del Bambino Urlante") que parecen evocar, en un curioso paralelo, la otra obra maestra del género de la época "La Casa dalle Finestre che Ridono" de Pupi Avati (de hecho, tanto Avati como Lino Capolicchio habrían debido participar, como guionista el primero y protagonista el segundo, en la realización de "Profondo Rosso"). La tensión, el suspense, el terror mantienen al espectador pegado a la pantalla desde la primera hasta la última secuencia. La banda sonora compuesta por los Goblin es perfecta y basta por sí sola para crear un sentido de angustia y miedo que no pasan ni siquiera una vez terminado el film; las secuencias de los asesinatos son de una crudeza y veracidad tales que parecen reales; los actores, entre los que se encuentra la inconfundible Daria Nicolodi, Gabriele Lavia, Clara Calamai y David Hemmings, están todos perfectamente encajados en sus respectivos papeles y el doble final sorprendente e inesperado deja de piedra incluso al giallista más avezado. Una gran película, en resumen, que ha inspirado a muchos directores de género, entre los que se encuentran verdaderos "maestros" como John Carpenter para su "Halloween" (1978). Verla es una obligación.