MC
Marco Castellini
•Rosemary es una joven de Nueva York casada con un actor poco conocido. Las cosas parecen cambiar cuando el marido comienza a obtener papeles más importantes mientras, mientras tanto, la joven está embarazada. Los días siguientes no transcurren tranquilos: Rosemary está obsesionada con extraños sueños y comienza a pensar que sus vecinos están tramando algo a sus espaldas, de acuerdo con su propio marido. El embarazo no termina bien: se le dice que el recién nacido ha nacido muerto. La joven no está convencida y descubre la verdad: su esposo, a cambio del éxito, ha entregado a su hijo a una secta satánica... Una excelente película, en algunos momentos realmente inquietante, producida por el director "culto" William Castle y dirigida por un aún poco conocido Roman Polanski. La película comienza de manera falsamente idílica, como quería el propio director: la protagonista parece feliz y segura de sí misma, en el apartamento alquilado donde vive y que está preparando para la llegada de un hijo. Luego, poco a poco, uno se da cuenta de que todo se vuelve cada vez más hostil, no solo el apartamento y el edificio (que en la realidad era el Dakota Building, donde vivieron Boris Karloff, Lauren Bacall y John Lennon), sino que toda Nueva York parece convertirse en un lugar frío y hostil. La historia logra involucrar al espectador de manera gradual, en un crescendo continuo que culmina con un gran final. El ritmo de la película es bastante lento, pero no tanto como para hacer disminuir el interés o la tensión narrativa. El reparto está lleno de grandes actores: desde la joven protagonista Mia Farrow, que logra transmitir a la perfección la fragilidad e inseguridades de la pobre Rosemary, hasta el mítico John Cassavetes en el papel del marido mezquino en busca del éxito; mención aparte merece la interpretación de la vecina entusiasta, curiosa y obsesiva que valió el Oscar a la mejor actriz de reparto a Ruth Gordon. Una película de terror absolutamente fuera de lo común y, al mismo tiempo, un clásico: lo que congela la sangre no son las casas encantadas y los monstruos de las películas de terror "clásicas", sino un par de vecinos ancianos o un médico; una realidad que pertenece a todos y en la que no se hacen muchos esfuerzos para identificarse... Una película refinada, visionaria y claustrofóbica que añade a la historia — basada en un bestseller de Ira Levin — una atmósfera negrísima que la convierte en una obra maestra absoluta del género.