RG
Roberto Giacomelli
•Un grupo de adolescentes se dirige a las cercanías del lago Crystal para pasar unos días de vacaciones, inconscientes de que ese lugar ha sido escenario de brutales asesinatos cometidos por Jason Voorhees y su madre Pamela. Entre los campistas está Chris, una chica que en el pasado tuvo un encuentro traumático con el mismo Jason. Desde el principio, los jóvenes son espiados por un individuo misterioso que se esconde en el bosque, pero pronto este individuo resultará ser Jason y comenzará a masacrar a los jóvenes campistas.
En este tercer capítulo, titulado en Italia "Fin de semana de terror" y filmado en 3D, Jason es confirmado como el hombre del saco de la saga y adquiere su aspecto clásico con una máscara de hockey (que le quita a una de sus víctimas).
A partir de este momento, Jason comienza a parecerse, en el aspecto y los movimientos, a Michael Myers, estrella de la saga "Halloween" y, según John Carpenter, Jason no es más que la vulgarización de su Michael. No se puede dar la razón a Carpenter, pero Jason, verdadera gallina de los huevos de oro del cine de género de los años 80, con el paso de las secuelas ha adquirido una propia caracterización y una propia identidad que lo ha alejado en parte del modelo híbrido del que fue generado, convirtiéndose en el simpático gigante muerto viviente que todos (o casi) los fans del horror adoran.
"Fin de semana de terror" vuelve a tener a Steve Miner en la dirección, ya autor del segundo capítulo, y tiene el mérito de pisar el acelerador del gore, resultando el capítulo más violento de la saga (personas cortadas por la mitad, dardos en los ojos, cráneos rotos, gargantas cortadas y mucho más). Naturalmente, la historia repite en gran medida los dos films anteriores, pero no es ciertamente el elemento novedad que el público de esta saga pide, por lo que para los fans de Jason Voorhees "Fin de semana de terror" es una película más que disfrutable.