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Roberto Giacomelli
•Selene y Michael están huyendo, una culpable de la muerte de Viktor, gran anciano del clan de los Vampiros; el otro de representar el ignominioso cruce entre la raza de los Vampiros y la de los Lycan. Pronto, Marcus, último vampiro anciano y primer representante de su raza, se despierta y, al enterarse de lo que sucedió durante su sueño y de las traiciones que ocurrieron en su clan, se convence de que lo mejor es buscar a su hermano William, primer Lycan de la historia, y llevar a cabo juntos una sangrienta ascensión al poder. Pero William fue encarcelado siglos antes por Viktor en una fortaleza de la que solo Selene conoce la ubicación y de la que solo Michael posee la llave. El enfrentamiento será inevitable. Dos años después de "Underworld", llega a las salas su evolución. "Underworld: Evolution" comienza con un salto temporal de varios siglos, mostrándonos cómo los tres vampiros soberanos, Viktor, Marcus y Amelia, están ocupados en conjurar los primeros signos de la propagación de la licantropía, causada por el Lycan originario William. Regreso al presente y conexión con el primer capítulo, después de un rápido resumen narrado por la fascinante voz de Selene. Bajo ciertos aspectos, este segundo episodio es realmente una evolución, ya que la historia se complica y presenta nuevos personajes, pero al mismo tiempo todo lo que quedó en suspenso en la primera película y todas las novedades de este segundo episodio se llevan a cabo. Quizás algunos personajes habrían necesitado una mayor atención, como en el caso de Alexander Corvinus, antepasado común de ambas razas de monstruos, y el licántropo William, al que se le asigna solo una pequeña parte en el final. La evolución también está marcada por una mayor disponibilidad de presupuesto que permitió crear escenografías espectaculares y efectos especiales y de maquillaje prácticamente perfectos. Particularmente apreciable es la elección del director y guionista Len Wiseman (proveniente del primer episodio) de utilizar el digital solo cuando es estrictamente necesario, permitiendo así ver en acción a atractivos lycan mecánicos (pero a menudo son trajes de piel llevados por especialistas). Las escenas sangrientas se han triplicado literalmente en comparación con el "moderado" primer episodio, mostrándonos los combates entre monstruos en la solución más cruenta, a menudo y voluntariamente excediéndose en el splatter (antológica la batalla inicial en el pasado y el enfrentamiento final con Marcus). Pero una involución puede notarse en la caracterización psicológica de los personajes: además de los ya mencionados Corvinus y William, incluso el personaje de Marcus no recibe el desarrollo adecuado (nos lo muestran como un clásico villano con manías de omnipotencia), así como Michael (todavía interpretado por Scott Speedman) que no sufre ninguna variación significativa en comparación con su personaje en la primera película, a pesar de su nueva condición de medio sangre que habría presagiado un conflicto interno adicional. La única persona que parece evolucionar es Selene (siempre hermosa Kate Beckinsale), ya no fría agente de la muerte, parece menos vampiro y más humana, acompañada por recuerdos cada vez más frecuentes de su familia y de su condición original de ser humano. Naturalmente, los subtítulos sociológicos desarrollados en la película anterior se abandonan aquí, así como la estratificación social y la guerra entre clanes se ponen en segundo plano para dar más relieve a las vicisitudes personales de la familia Corvinus; incluso el aspecto lycan de la historia se pone inexplicablemente en segundo plano, como para decir que la raza dominante e interesante es siempre y de todas formas la de los Vampiros. Los Lycan nos son mostrados como guardaespaldas de los chupasangre y parece que en esta película no tienen una conciencia racional, sino solo un instinto destructivo incontrolable. En conclusión, "Underworld: Evolution" es una divertida película de monstruos impregnada de cultura pop y marcada por agradables giros splatter. Algunos detalles la elevan realmente a la evolución del primer episodio, para luego ceder en otros aspectos, pero el resultado es, de todos modos, un secuela fresco, envolvente y espectacular.
